Astrid Torreblanca, nacida en 1994, es CEO y fundadora de CCASS, la empresa peruana líder en pruebas de polígrafo. Con la confianza como pilar fundamental, CCASS brinda herramientas innovadoras para ayudar a las empresas a prevenir el fraude y corrupción. Conversamos con Astrid para descubrir más sobre su visión y experiencia.
¿Cómo te sientes en tu rol de CEO en CCASS, a tus ahora 30 años? Me siento increíblemente orgullosa. Ha sido un camino lleno de crecimiento, nuevas experiencias, desafíos y aprendizajes. Al mirar hacia atrás, me transporto al primer día de esta aventura, cuando tenía tan solo 25 años, llena de incertidumbre, ilusión y miedo.
Nunca olvidaré la emoción de emprender, la satisfacción del éxito y también las lecciones que nos dejan las caídas. Hoy, cinco años después, me siento agradecida por cada paso y desafío, orgullosa de todo lo que hemos logrado y agradecida con mi equipo y nuestros clientes.
Al ser una empresa familiar, compartir este camino con mi papá, mi mamá y mi hermano, y ver cómo crecemos juntos, me llena de alegría y orgullo. Y esto es solo el comienzo, lo mejor está aún por venir.
¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentaron al introducir las pruebas de polígrafo en el mercado peruano? El principal desafío fue superar los prejuicios y la desinformación que rodean al polígrafo. Muchas personas aún lo asocian con escenas de películas donde se presenta como una herramienta intimidante usada en interrogatorios agresivos. Otros piensan que se utiliza para hacer preguntas personales o triviales, como en los programas de espectáculo, buscando confesiones. Nuestro enfoque se centró en educar al mercado, corrigiendo la percepción pública sobre el polígrafo y aclarando sus beneficios reales. La prueba de polígrafo aplicada de manera ética y profesional, es una herramienta increíblemente poderosa para las empresas.
En tu opinión, ¿cómo crees que las pruebas de polígrafo ayudan a las empresas peruanas? Creo que todos merecemos trabajar tranquilos, sin tener que vivir con miedo o dudas sobre lo que sucede dentro de la empresa. El problema es que no sabemos realmente a quién estamos contratando, y eso nos puede salir muy caro. Las pruebas de polígrafo son un paso clave para crear una cultura más ética y transparente. Ayudan a identificar problemas antes de que crezcan, garantizando un entorno laboral mucho más confiable.
Creemos en la importancia de implementar herramientas tecnológicas para combatir la deshonestidad laboral, reducir pérdidas financieras y crear un ambiente laboral más seguro. Las empresas pueden utilizar la prueba de polígrafo en diversas situaciones: como parte del proceso de selección de personal, como rutina periódica o para investigaciones específicas.
Los riesgos que esta prueba permite evaluar incluyen robo, fraudes, divulgación de información confidencial, vínculos con actividades delictivas, consumo de drogas, lavado de dinero, mal uso de recursos, incumplimiento de normas y otros riesgos relevantes según el rubro de la empresa.
La creación de la primera escuela peruana de poligrafía es un hito importante. ¿Qué los llevó a fundar la CCASS Polygraph School? No puedo tomar todo el crédito, ya que esta idea nació de mi papá. Él fue quien identificó la necesidad de profesionalizar este campo en el Perú. Nos dimos cuenta de que no existían instituciones locales que formaran polígrafistas certificados, lo que obligaba a los peruanos a viajar y pagar costosas capacitaciones en el extranjero. Sin embargo, nosotros queríamos hacer algo más. No solo queríamos igualar a las escuelas de otros países latinoamericanos, sino superarlas.
Así nació CCASS Polygraph School en 2020, para llenar ese vacío y ofrecer una capacitación de calidad, potenciando los estándares internacionales de la American Polygraph Association (APA) de Estados Unidos, que es la entidad reguladora mundial en el uso del polígrafo.
Seguimos siendo la única escuela de poligrafía en el Perú que forma nuevos polígrafistas con reconocimiento internacional. Nuestros graduados son profesionales altamente capacitados, éticos y comprometidos con la verdad.
¿Qué consejo le darías a quienes buscan convertirse en CEO antes de los 30? Mi consejo es no tener miedo de ser disruptivos y asumir riesgos. La clave está en confiar en ti mismo, pero también en estar siempre dispuesto a aprender. Lo que me ha ayudado y sigue ayudándome es comprender que la vida es incierta.
Navegar esa incertidumbre no significa solo reaccionar; se trata de crear, de no conformarse con sobrevivir, sino de crecer. No se trata de ser el más grande ni el que llega más rápido, sino de ser el más resistente, el que se queda y crece a largo plazo. El CEO no es el más sabio, sino el que toma las decisiones más difíciles, siempre enfocado en los objetivos a largo plazo.
