En el mundo de la alta cocina, donde los reflectores han apuntado históricamente a figuras masculinas, Pía León ha logrado algo más que un reconocimiento: ha construido una voz. Una voz firme, sin estridencias, que habla desde los ingredientes, desde los colores, desde la raíz.
Este 2025, León se consolida entre los 10 mejores chefs del mundo, no solo por su talento, sino por lo que representa: una nueva manera de mirar el territorio, de reinterpretar la tradición, de contar el Perú desde un lenguaje propio.
Desde Kjolle, su restaurante en Barranco, Lima, la chef plantea una propuesta que no responde a modas ni clichés. No hay nostalgia impostada ni discursos grandilocuentes. Lo suyo es exploración sincera: ingredientes poco conocidos, técnicas que se afianzan con el tiempo, y una estética que no busca impactar, sino conectar.
“En Kjolle no hay carta. El menú cambia con lo que nos da la temporada, con lo que nos emociona”, ha dicho en más de una entrevista. Y esa espontaneidad, lejos de improvisación, es una forma de resistencia: frente al ritmo frenético de la industria, Pía apuesta por lo esencial.
Su historia no empezó sola. Durante más de una década compartió cocina, proyecto y visión con Virgilio Martínez en Central, el restaurante que en 2023 fue elegido el mejor del mundo. Pero lejos de quedarse bajo esa sombra, León supo hacer lo más difícil: construir una identidad propia. Ganó el premio a Mejor Chef Femenina del Mundo en 2021, y desde entonces, no ha dejado de escalar.
Hoy, Kjolle ocupa el puesto 9 en la lista de los 50 Best Restaurants 2025, y ella figura entre los nombres más influyentes de la gastronomía contemporánea. No por marketing. No por tendencias. Sino por hacer de su cocina un territorio en sí mismo.