La reconocida artista Ester Ventura celebra sus 50 años en el Perú presentando una exquisita selección de textiles elaborados por los pobladores de los andes del sur entre 1920 y 1970, que forma parte de su colección privada. Durante este año Ester Ventura, quien le ha otorgado al Perú un lugar relevante a nivel internacional en el campo de la joyería de autor, cumple 50 años desde que inició su vínculo indestructible con nuestro país. De las maravillosas manifestaciones que conforman la vasta cultura que alberga el Perú y que capturaron la atención de esta creadora, son los textiles los que ocupan un lugar privilegiado para ella.
Agradecida por todo lo vivido en el Perú, a partir del 15 de agosto y hasta el 9 de octubre de este año, Ester presenta en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores “MANOS SABIAS, Textiles Andinos del Sur del Perú”, una notable selección de bellísimas piezas de origen quechua y aymara, elaboradas por tejedores de los andes del sur, entre los años 20 y 70 del siglo pasado. Estas piezas que se caracterizan por sus colores obtenidos a partir de extractos naturales provenientes de plantas, insectos y minerales y por haber sido realizados en telares manuales, visibilizan el valioso legado textil que se mantiene vigente hasta la actualidad.
“Poco a poco fui formando esta colección, acogiendo cada pieza, atraída por su belleza, por la finura de su trama y por la armonía que emana la audaz combinación de sus colores. Mientras la gestaba, iba tejiendo relaciones con pobladores de recónditos parajes de nuestra sierra, quienes preservan las claves del lenguaje ideográfico expresado en cada obra y también con especialistas que se han dedicado a desentrañar la misteriosa iconografía que hay en cada diseño, lo cual me ha ayudado a comprender que no hay nada puesto al azar”, expresa Ester.
Es así que, “MANOS SABIAS, Textiles Andinos del Sur del Perú” es una muestra del compromiso y la admiración de Ester por el arte originario de nuestros andes, lo cual la ha llevado a descubrir aspectos significativos de nuestra cultura. Así también, obedece a su necesidad de compartir su acercamiento respetuoso y su exploración empírica acerca del lenguaje textil. Podría ser este un punto de partida para quienes se interesen en continuar descifrando su significado y, de ese modo, profundizarlo, preservarlo y enriquecerlo e incluso, de ser necesario, modificarlo. Y, sobre todo, es un homenaje a esas manos sabias que crean maravillas a través de las cuales transmiten su conocimiento de la cosmovisión andina, narran sus festividades, su vida cotidiana y su relación con la naturaleza.